Tlatelolco
Tlatelolco, del náhuatl: tlatelli o xaltiloll, "terraza o lugar del montón de arena", en Cuauhtémoc, Ciudad de México, fue la ciudad gemela de México-Tenochtitlan. En la historia oficial de los antiguos mexicanos se decía que el asentamiento fue fundado sobre un islote vecino al de Tenochtitlán, por miembros de un calpulli o grupo de la misma etnia y procedencia que los mexica, de quienes disintieron cuando se asignaron los espacios en el primer islote. Tal versión obedecía probablemente a una estrategia política para mantener la lealtad de los tlatelolcas, como habitantes de una ciudad hermana de Tenochtitlán.
Los hallazgos arqueológicos señalan que el asentamiento ya existía en el siglo X, es decir, unos 300 años antes de la fundación de Tenochtitlán. En el siglo XIV y hasta el último cuarto del XV estaba ocupado por vasallos del señorío de Azcapotzalco. En 1473 fue conquistado por Axayácatl, señor de Tenochtitlán, lo que significó su incorporación a los numerosos señoríos tributarios que, sin embargo, conservaban cierta autonomía política.
El último tecutli o señor de Tlatelolco fue Cuauhtémoc, hijo de Ahuizotl, el tlatoani o emperador de México-Tenochtitlán, y de Tilalcapatl, princesa de Tlatelolco. Es decir, en su última etapa la unión política de las dos ciudades fue real. (Ver también Monumento a Cuauhtémoc, en Paseo de la Reforma.)
Tras la caída de Tenochtitlán, los tenochcas se refugiaron en Tlatelolco, donde se libró la más sangrienta de las batallas, en la que participaron también las mujeres.
Las ruinas de la Plaza de las Tres Culturas corresponden con el recinto ceremonial de Tlatelolco, muy semejante al de Tenochtitlán y construido con la misma lógica y propósito. El gran tianguis o mercado que por su tamaño y abundante oferta de toda clase de mercancías tanto sorprendió a los españoles en 1520, se encontraba donde hoy está el jardín de Santiago, es decir, detrás de la torre de Relaciones Exteriores.
En los años 90 del siglo XX se encontraron aquí 54 ofrendas correspondientes a 41entierros, ordenados frente al que fuera el templo de Ehécatl-Quetzalcóatl, del que se conserva la plataforma circular.
La interpretación de ese hallazgo es todavía motivo de estudio, como lo son muchos elementos de este sector del que se sabe menos que de la gran Tenochtitlán. El museo de sitio está detrás del ex convento.